En Toledo tenemos la oportunidad de disfrutar y de conocer un amplio número de construcciones de diversa tipología y antigüedad que se han convertido en auténticos referentes dentro de su estilo. Este sería el caso, por ejemplo, del Hospital Nuncio Nuevo. Un edificio este que ha pasado a ser uno de los mejores referentes dentro de la arquitectura hospitalaria de todo el continente europeo.
A comienzos de lo que fue el periodo en el que reinó España el monarca Carlos IV fue cuando comenzó a erigirse dicha construcción que fue diseñada y acometida por el arquitecto alicantino Ignacio Haan, que fue discípulo del gran Sabatini y que tiene el privilegio de ser uno de los más alabados y ensalzados maestros del estilo neoclásico en nuestro país.
Como centro hospitalario para atender a todos aquellos enfermos que sufrieran patologías de tipo mental fue concebido aquel en el que destacan diversos elementos de gran valor artístico como sería el caso de su fachada. Esta se caracteriza por estar dotada con un bello pórtico toscano y por poseer un escudo perteneciente al cardenal Lorenzana.
De igual forma, de este edificio de Toledo tampoco podemos pasar por alto otros de sus valores más significativos como la capilla, la espectacular escalera que se encuentra en su interior o los cuatro diferentes patios que acoge y que, parece ser, recuerdan en cierta medida las directrices seguidas por Sabatini en lo que es el Hospital General de Madrid.