Desde que a principios del siglo XVII, concretamente en el año 1604, se publicara en nuestro país la obra de “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, de Miguel de Cervantes, la misma se convirtió en uno de los mejores embajadores de España en todo el mundo. Tanto es así que Castilla la Mancha, escenario del relato, se ha convertido en el destino turístico de miles de visitantes anualmente.
Turistas todos aquellos que, por ejemplo, se animan a realizar la conocida Ruta del Quijote que transcurre por algunos de los pueblos y rincones que tienen más relación con dicha novela e incluso con el propio autor:
El Toboso. El municipio toledano que se supone es el pueblo de la amada del caballero, Dulcinea, es uno de los enclaves más significativos de este recorrido. En él podrán admirarse la conocida Casa de Dulcinea o el Museo Cervantino, donde hay una interesante colección de publicaciones de la mítica obra caballeresca.
Campo de Criptana. Las construcciones que más protagonismo toman en la narración, los molinos de viento a los que se enfrenta el hidalgo al creer que son dragones, son los que pueden disfrutarse y admirarse en esta población de Ciudad Real. Villa que es conocida fundamentalmente por el paisaje que protagonizan aquellos.
Mota del Cuervo, Alcázar de San Juan, Madridejos, Consuegra, Corral de Almaguer y la Venta de Don Quijote son otros de los lugares que también forman parte de este recorrido turístico tan interesante que permite descubrir a fondo la belleza de Castilla la Mancha.