Quien visite la ciudad de Cuenca y tenga especial interés en conocer el estilo y las señas de identidad propias de lo que es la arquitectura tradicional conquense no puede marcharse de dicha urbe sin realizar una visita a la conocida Posada de San Julián.
En el siglo XVI parece ser que fue cuando se levantó dicha edificación que, según algunos expertos en la materia, formó parte de la mansión que hoy es conocida por los lugareños como la Casa de las Rejas.
Como su propio nombre indica, el edificio que nos ocupa es una posada que se caracteriza por poseer algunos de los elementos de la citada arquitectura tradicional como sería el caso de los balcones de hierro, la fachada pintada en los colores amarillo y blanco o las dos alturas. Sin embargo, hay que resaltar que cuenta con otros toques de distinción que se alejan de este estilo. Entre ellos se contraría el balcón renacentista que se halla enclavado en la esquina de su estructura.
El patio, las arquerías, el portón que ejerciera en el pasado como el lugar por donde entraban los caballos y carros, o los techos de vigas de madera son algunos de los espacios y ornamentos que se mantienen en esta Posada de San Julián desde su aspecto originario.
Un lugar este que, sin duda alguna, no hay que dejar de visitar para así conocer parte del pasado de Cuenca.