En la era de la información, los buenos degustadores de la gastronomía no se conforman con conocer lo que están tomando, a través de etiquetados o recomendaciones venidas de los distintos medios de comunicación y la publicidad. Si se quiere exigir calidad en un producto concreto, lo mejor es visitar su área de producción, pero no sólo de su envasado, sino desde el desarrollo de la materia prima hasta que se sirve en nuestra mesa.
En el caso de Castilla la Mancha se puede ir de turismo por toda la Comunidad Autónoma simplemente siguiendo las diferentes Rutas del Vino. Se trata de la Comunidad Autónoma con mayor número de D.O. para el vino de todo el territorio nacional. Solamente el territorio de la Mancha ya supone hablar sobre la región vitivinícola más extensa del mundo, con una tradición que se pierde en el tiempo, al menos desde el tiempo del Impero Romano, los grandes introductores del arte del cultivo de las vides explícitamente para convertirlas en excelentes vinos. Existen zonas castellanas que apenas han variado su orografía, dedicando los cultivos a viñedos generación tras generación desde hace siglos. Una de las zonas con un gran atractivo para el turismo del vino en Castilla de la Mancha, es Tomelloso, ya que se puede sentir que la cultura del vino impregna la vida y costumbres de esa localidad, que la ha ubicado como una de las principales elaboradoras de vino en el mundo.
Es por ello que no resulta extraño que las más importantes bodegas hayan creado interesantes Rutas Enológicas que recorren sus viñedos, en las cuales se pueden contemplar fases de la recogida de la cosecha y posterior proceso de extracción del mosto (vendimia), visitar las bodegas donde se almacenan los vinos y el envasado final (embotellado), incluyendo en las visitas una cata de los vinos producidos, como desde hace años viene haciendo Bodegas Verum, una gran bodega de la región de Tomelloso donde todo el proceso se contempla, sin tener que desplazarse decenas de kilómetros para poder ver las distintas fases. Además, esta bodega cuenta con una cueva artificial que puede llegar a ser una experiencia interesante y diferente para completar la escapada de fin de semana. Si les ha generado la curiosidad y quisieran visitarla, les comento que ofrecen visitas guiadas que finalizan con degustaciones todos los sábados.
Para completar los planes del fin de semana en esta región, hay muchas páginas web de turismo de Castilla la Mancha, tanto oficiales de cada municipio, como de las propias bodegas, así como blogs especializados y de viajes que nos cuentan de manera detallada cómo llegar y qué tipo de actividades se realizan. Adicionalmente, en cuanto a la Gastronomía, donde incluimos también al vino (Enogastronomía), se celebran distintas Ferias y Concursos en numerosos municipios a lo largo del año, fechas de lo más recomendables para probar los ricos quesos, y platos famosos aderezados con buenos ajos de la tierra, como sus gazpachos, migas, berenjenas, codornices y otras piezas de caza, además de una repostería de lo más apetecible: mazapanes, miguelitos, y su deliciosa miel de la Alcarria.
Otro “pretexto” ideal para practicar Enoturismo en Castilla la Mancha son sus Fiestas Patronales y las señaladas de Semana Santa y Navidades, pues toda la Comunidad Autónoma se engalana y festeja con Festivales de Música y Actividades Culturales. También son fechas idóneas para encontrar abiertas todas las iglesias y edificios religiosos (los famosos Conventos donde probar los manjares dulces que preparan las monjitas) para visitar sus maravillosos interiores, adornados por los mejores arquitectos y artistas de cada época. En fin, si existe un nexo común entre una tierra y su historia es la vid y el vino. Las bodegas son verdaderos museos donde encontramos herramientas que apenas han variado al pasar de los siglos, pero también tecnología y diseño. Podemos hallar obras de arquitectura avanzada sobre cuevas excavadas en la roca hace cinco siglos, en una simbiosis perfecta, todo un descubrimiento que merece la pena visitar.