La aparición en el año 1088 a los lugareños de la Virgen del Prado fue el origen de la construcción de una iglesia primitiva románica que posteriormente desembocaría en la puesta en pie de la Basílica Catedral de Nuestra Señora del Prado, uno de los monumentos más importantes de Ciudad Real.
Su elegancia y su belleza son las dos principales características que posee dicha edificación religiosa que se enmarca dentro del estilo gótico y que fue acabada de construir en el siglo XVI. No obstante, no hay que pasar por alto que también en ella pueden apreciarse elementos barrocos o renacentistas que corresponden a modificaciones posteriores.
Cualquier persona que visite la ciudad castellanomanchega y tome la decisión de conocer a fondo a este edificio, es importante que preste atención a algunos de sus aspectos más valiosos y significativos:
- Capillas. Entre el numeroso conjunto de estas que posee, destacaríamos, sin lugar a dudas, la Penitencial, también llamada del Cristo de la Piedad ya que en ella se venera a dicha imagen, realizada por el famoso imaginero Castillo Lastrucci. Asimismo merece resaltar de la misma sus vidrieras y los relieves que incorpora.
- Puerta del Perdón. De las existentes, es la más antigua ya que está datada en el siglo XIII pues perteneció a la primitiva iglesia sobre la que se asienta la Catedral de Ciudad Real.
- Torre. Uno de los elementos más hermosos del templo es aquella, que cuenta con 62 metros de altura y que dispone de una cúpula muy colorida así como de un total de siete campanas.