Quienes visiten Castilla la Mancha y sean unos auténticos apasionados de la historia y del arte tienen la posibilidad de disfrutar de uno de los rincones más singulares en este sentido. Se encuentra en la provincia de Ciudad Real y se trata del Parque Arqueológico de Alarcos-Calatrava.
Decimos que es singular por una sencilla razón y es que dicho enclave está conformado a su vez por dos yacimientos que pertenecen a culturas diferentes. Por un lado está el de Alarcos que es fiel reflejo de la cultura cristiana y por otro lado nos topamos con el de Calatrava que viene a mostrar la esencia musulmana.
Sobre un cerro que tiene a sus pies al río Guadiana se encuentra el primero de los espacios citados. Un lugar que ya estuvo poblado durante la Edad del Bronce y que, gracias a las excavaciones realizadas, permite disfrutar de parte de una ciudad ibérica, de una ermita, de una muralla medieval y de un castillo. Y eso sin olvidar tampoco que además en él existe una fosa común donde se enterraron los restos de los cristianos y musulmanes que perecieron en una batalla de 1195.
Hablando de musulmanes tenemos que subrayar que en el yacimiento de Calatrava, antiguamente llamada Qal´ Rabah, encontramos vestigios del periodo comprendido entre los siglos VIII y XV. Destaca por ser uno de los emplazamientos de este tipo más significativos y mejor conservados de toda España.
En él pueden admirarse desde un recinto amurallado, un foso o el alcázar hasta los restos de una mezquita, iglesias templarias y un aljibe.